Después de decirle a su ya exjefe todo lo que pensaba de él, sin ningún tipo de sutileza ni retórica, clementina cerró de un portazo la puerta transparente de la agencia de publicidad. Justo en ese momento, y sin que ningun meteorólogo lo hubiera previsto, un tornado se formó de manera espontánea sobre el pont neuf, llevándose por delante todos los carteles que la habían tenido trabajando hasta las 3 de la mañana durante la última semana.
En el puente ya sólo quedaban las esquinas irreconocibles de esos carteles, como si se tratara de trocitos de kleenex que hubieran resistido al estornudo más grande del mundo.
Cuando clementina pasó por allí, una ligera brisa le hizo cerrar los ojos: "parece como si el viento me estuviera limpiando por dentro", pensó.
lunes, 2 de julio de 2007
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11 comentarios:
A veces se necesita un viento para que nos despeine, nos cambie de lugar la ropa o nos limpie por dentro no?
A mí me gusta mucho el que sopla en el campo después de la lluvia.
a mí el que de repente te levanta el flequillo, como si quisiera despejarte las ideas
Me quedo con el que mece las cortinas y acuna las plantas.
¿Para cuándo un viento que se lleve los spots y las cuñas de radio, además de los carteles?
Y los sales folders.
A mi el que hace bailar los arboles.
completamente identificada con clementina....solo espero el que el viento me limpie por dentro...
no sabia del blog..es genial!
Bela, todos somos un poco clementina no? el viento es maravilloso, siempre lo limpia todo. Bienvenida al blog!!!
hui me da a mi que algunas son mucho más clementinas que otras...
y que piensa hacer ahora clementina?
un jefe
hola un jefe!, pues clementina va a meditar sobre ello comiendo mandarinas :)
Clementina siempre podria montar su propia agencia de publicidad
la vida es demasiado corta para no echarle un par
el jefe..
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